Los fibromas uterinos son crecimientos no malignos que se forman en el área uterina en una mujer principalmente durante sus años reproductivos. Aunque no son fatales, pueden causar molestias a una mujer durante el embarazo, dependiendo de dónde crezcan.
El cuello del útero, conocido como el cuello uterino, es un área crítica durante el embarazo. Es por eso que a la mayoría de las mujeres les gustaría asegurarse de que no haya obstrucciones. Afortunadamente, los fibromas cervicales son fáciles de tratar una vez que se detectan.
Los síntomas
Los fibromas que se desarrollan en el cuello uterino son generalmente inofensivos como otros crecimientos uterinos. Sin embargo, su presencia en un área muy importante para el parto seguro del niño puede plantear ciertos problemas cuando el embarazo entra en sus etapas avanzadas.
La presencia de fibromas cervicales puede manifestarse como una serie de síntomas, que incluyen:
Menorragia: un tipo de menstruación que se caracteriza por dolor intenso y flujo menstrual intenso.
anemia
estreñimiento
Dolor abdominal: esto sucede si los fibromas en cuestión han crecido a un tamaño considerable y bloquean más del 40% del conducto cervical.
Micción frecuente
Dispareunia: una afección caracterizada por un dolor intenso en la región abdominal durante las relaciones sexuales.
diagnóstico
Si experimenta alguno de los síntomas anteriores, es mejor consultar a un médico lo antes posible. Puede realizar una serie de exámenes de diagnóstico para identificar la afección y descartar otros posibles problemas.
Ultrasonido: al insertar una pequeña sonda alrededor del conducto vaginal, el médico puede obtener una imagen de ultrasonido de los fibromas y confirmar su cantidad.
IRM: al igual que la ecografía, una IRM puede detectar fibromas y determinar su tamaño, cantidad y ubicación.
Histeroscopia: este procedimiento implica la inserción de una pequeña cámara de fibra óptica en el conducto vaginal.
Laparoscopia: a diferencia de la histeroscopia, este procedimiento implicará la creación de una pequeña abertura en el área abdominopélvica para examinar el útero. El médico también puede realizar una biopsia para identificar la presencia de células cancerosas en el área.
tratamiento
Hay dos formas de eliminar los fibromas del útero: cirugía y medicamentos. Sin embargo, a medida que los fibromas crecen en un área crítica, el médico puede elegir extirparlo quirúrgicamente.
Miomectomía: la forma más directa de extirpación quirúrgica, este procedimiento implicará crear una abertura principal en el útero y luego eliminar manualmente todos los fibromas del área.
Embolización arterial: mediante imágenes de rayos X, el médico inyectará una sustancia química en las arterias cerca de donde se desarrollan los fibromas. Esto cortará los fibromas de su fuente de alimento, lo que los hará marchitarse y morir después de un período de tiempo.
Ablación con láser: mediante una resonancia magnética y un dispositivo láser de fibra, el médico “quemará” los fibromas uterinos con una pequeña luz láser.
Histerectomía: este procedimiento implica la extracción parcial o completa del útero. Es muy recomendable si los fibromas son recurrentes y causan sangrado excesivo en el cuello uterino. Debido al efecto permanente si ocurre, la histerectomía solo se considera si todos los demás procedimientos quirúrgicos ya no son viables.