Los fibromas son bultos no cancerosos que se desarrollan en el útero de una mujer.
El tamaño puede ser tan pequeño como un guisante y puede alcanzar el tamaño de una toronja. Los fibromas grandes pueden causar dolor intenso y sangrado menstrual, pero la mayoría de los casos no tienen síntomas visibles.
Alrededor del ochenta por ciento de las mujeres sufren de fibromas uterinos, y la mayoría no se diagnostica simplemente porque las personas no son conscientes de su condición.
¿Cuáles son los tipos de fibromas?
Existen varios tipos de fibromas dependiendo de su ubicación dentro o dentro del útero:
Fibromas intramurales. Es el tipo más común de fibroma. Los fibromas intramurales se desarrollan dentro del útero. Pueden crecer y crecer, haciendo que su útero se expanda.
Fibromas subserosos. Estos crecen fuera de las paredes uterinas, llamadas serosa. Potencialmente pueden convertirse en fibromas pedunculados, que pueden llegar a ser lo suficientemente grandes como para hacer que el útero parezca más grande en un lado.
Fibromas pedunculados. Los fibromas subserosos pueden desarrollar un tallo base delgado que soporta el fibroma. Los tallos se llaman fibromas pedunculados.
Fibromas submucosas. Este tipo se desarrolla en la capa muscular media del útero o miometrio. Es un tipo raro de fibroma.
Fibromas uterinos intramurales anteriores y posteriores
Los fibromas uterinos intramurales tienen tres tipos:
El intramural anterior que crece en la parte frontal del útero.
El fibroma intramural posterior, ubicado en la parte posterior del útero.
El fibroma intramural del fondo, que se encuentra en la parte superior del útero.
Independientemente de su ubicación, no hay una causa conocida para explicar por qué las mujeres sufren de fibromas uterinos intramurales.
La mayoría de los estudios clínicos atribuyen el desarrollo de los fibromas uterinos a los cambios hormonales en el estrógeno y la progesterona, así como a la composición genética de una persona.
Tratamiento de fibromas uterinos intramurales
Las mujeres con fibromas uterinos intramurales leves pueden no tener síntomas.
El tratamiento que elija una mujer dependerá en gran medida del tamaño del tumor, la ubicación del tumor, la edad de la paciente y si quiere quedar embarazada en el futuro.
Hay varias opciones para elegir al planificar el tratamiento de los fibromas uterinos intramurales:
Medicamento hormonal que controla el equilibrio de estrógenos y progesterona.
Un ejemplo de esto es la modulación selectiva de los receptores de progesterona o SPRM, que cambia el efecto de la progesterona en su cuerpo.
Otro ejemplo es la hormona liberadora de gonadotropina o los agonistas de GnRH, que ayudan a bloquear la producción de estrógenos y progesterona en el cuerpo.
Se ha demostrado que estos tratamientos ayudan a reducir el tamaño de los fibromas.
Tratamientos no quirúrgicos o no invasivos, como la miólisis por radiofrecuencia y la embolización de la arteria uterina.
Estos procedimientos detienen el suministro de sangre a los fibromas uterinos.
Los casos más graves requieren cirugía, como miomectomía abdominal e histerectomía.
En la miomectomía, solo los fibromas se extirpan quirúrgicamente de las paredes del útero. La histerectomía requiere la extirpación completa del útero.
Un fenómeno desconocido
A pesar de las muchas teorías y suposiciones lógicas con respecto a los fibromas uterinos intramurales, los expertos aún no saben qué los causa.
Los medicamentos y los tratamientos no quirúrgicos pueden ayudar a aliviar el dolor y los síntomas, pero no hay garantía de que no vuelvan a ocurrir.
Esto puede ayudar a reducir el tamaño de su fibroma, pero solo los eliminará si extirpa completamente el útero.
Siempre es mejor hacerse pruebas de diagnóstico para evaluar mejor su condición.