Los fibromas uterinos son tumores no malignos que se desarrollan en el útero. Sin embargo, hay casos raros en los que se encuentran en otros lugares. Hay fibromas parásitos o leiomiomas que se adhieren a otras partes del cuerpo. Esto también sucede cuando los fibromas se descomponen y las partes más pequeñas van a las áreas alrededor del útero. Al igual que los fibromas en el útero, estos fibromas móviles se tratan según su ubicación y los síntomas que causan.
Migración de fibromas
Se ha demostrado que los leiomiomas parásitos o los fibromas migratorios “viajan” a los pulmones. Cuando esto sucede, a menudo es necesario un tratamiento médico inmediato. Los leiomiomas vaginales y los fibromas parásitos en el epiplón también son casos de tumores en movimiento o en expansión.
Aunque se observan utilizando las mismas pruebas de imagen realizadas para diagnosticar fibromas en el útero, los fibromas parásitos generalmente solo se confirman durante la cirugía. Por ejemplo, un tumor parasitario podría confundirse con una masa ovárica o un fibroma cervical en una prueba de imagen. En el examen histopatológico postoperatorio, el tumor podría convertirse en un fibroma migratorio.
Las pacientes con fibromas parásitos en el área abdominal y cerca de las paredes vaginales pueden experimentar los mismos síntomas iniciales que aquellos con fibromas uterinos. Pueden experimentar dolor abdominal, torsiones de fibromas y problemas ureterales, entre otros. Las pacientes con leiomioma vaginal también pueden experimentar sangrado vaginal.
Difundido por cirugía
Las tecnologías más nuevas y menos invasivas que las cirugías abiertas convencionales pueden presentar un riesgo para los pacientes con fibromas. En la morcelación, un procedimiento que divide los tumores en pedazos pequeños, los estudios indican un mayor riesgo de diseminación de fibromas a otros órganos cerca de las paredes de la vagina. También hay casos en los que el crecimiento del cáncer confundido con un fibroma también se propaga a otras regiones.
Los procedimientos laparoscópicos para extraer fibromas del útero presentan un riesgo similar. Después de “destruir” un tumor grande, debería ser más fácil extraer los bultos pequeños resultantes con una herramienta laparoscópica y atravesar pequeñas incisiones en el área abdominal. Sin embargo, es posible omitir ciertas partes, especialmente si se han alejado del útero. En un procedimiento abierto, el equipo quirúrgico podrá “ver” mejor las partes y será más fácil lavarlas del cuerpo.
Mantener los fibromas en el útero.
En el caso de los fibromas parásitos, no es posible contener fibromas en el útero. No hay indicación física externa de que se estén moviendo o diseminando a otros órganos cerca de las paredes de la vagina. Sus síntomas son comunes y similares a los de otros crecimientos y podrían fácilmente diagnosticarse erróneamente mediante pruebas de imagen.
En la diseminación quirúrgica de los fibromas uterinos, el equipo quirúrgico podría tomar medidas de precaución para contener los fragmentos de fibromas y eliminarlos por completo. Siempre existe el riesgo de que los fibromas se muevan y se propaguen a otros órganos cerca de las paredes de la vagina. Se pueden considerar otros procedimientos quirúrgicos para eliminar o minimizar aún más el riesgo. Los pacientes deben analizar estas opciones a fondo con su médico y comparar los beneficios con los riesgos.