Comparación de fibromas uterinos y pólipos: ¿son iguales?
Cuando las mujeres son diagnosticadas con fibromas y pólipos uterinos, pueden experimentar los mismos síntomas. Sin embargo, las características de los dos crecimientos uterinos no son las mismas. Los tratamientos correspondientes también pueden variar. Saber exactamente qué tipo de crecimiento tiene en su útero es clave para reducir, controlar o prevenir los síntomas con éxito.
Fibromas uterinos
Los fibromas son tumores sólidos que se desarrollan en las paredes uterinas. Se desarrollan a partir del tejido muscular del útero. La mayoría de las mujeres están predispuestas a desarrollar fibromas, pero pocas experimentan síntomas. Tan pronto como una mujer alcanza la edad fértil, ya está en riesgo de fibromas. Aunque este es el caso, las mujeres que se acercan a la menopausia tienen más probabilidades de tener estos crecimientos fibrosos.
Los tumores fibroides no son cancerosos y generalmente no se vuelven cancerosos. Los más pequeños pueden pasar desapercibidos, pero los más grandes pueden afectar la fertilidad y causar mucho dolor. Cuando los tumores crecen contra las paredes uterinas o las áreas circundantes, pueden afectar la circulación sanguínea. También confunden el sistema reproductivo, lo que conduce a una menstruación irregular y profusa. El dolor alrededor del área abdominal y la espalda baja también es una de las quejas más comunes de las mujeres diagnosticadas con fibromas.
Los casos más graves de fibromas uterinos requieren atención y tratamiento. La extracción de fibromas generalmente no es la primera opción, pero el especialista médico puede solicitarla si los crecimientos ponen en peligro la salud y el bienestar general del paciente. Este es el caso cuando los tumores son demasiado grandes para causar distensión gástrica y dolor insoportable. La extirpación del tumor también es una opción para aquellos que sufren de sangrado excesivo y que ya han desarrollado anemia.
Pólipos uterinos
A diferencia de los fibromas, los pólipos uterinos son crecimientos blandos y rojos dentro del útero. Están hechos de tejido blando endometrial, por eso también se les llama pólipos endometriales. Aquellos entre 40 y 50 tienen más probabilidades de desarrollar pólipos. Tener sobrepeso también aumenta el riesgo. Sin embargo, al igual que los fibromas, el desequilibrio hormonal y la presión arterial alta también son parte de los factores de riesgo de pólipos. Los pólipos y los fibromas tienden a retroceder después de que un paciente llega a la menopausia.
No es habitual que los pólipos sean cancerosos, pero los casos reportados muestran que aproximadamente el 5% de las incidencias se vuelven cancerosas. También pueden causar problemas de fertilidad. Los síntomas de pólipos son similares a los fibromas: dolor abdominal, cambios en los ciclos menstruales, sangrado anormal, etc.
El tratamiento recomendado para los pólipos suele ser la cirugía. Un ginecólogo ordena una biopsia para determinar la naturaleza del tumor, hacer un diagnóstico más preciso y prescribir el programa de tratamiento más efectivo.
El diagnostico correcto
No se recomienda realizar un autodiagnóstico y automedicación de acuerdo con la información recopilada de su propia investigación. Sería útil saber cuáles son las diferencias entre los fibromas y los pólipos y qué opciones están disponibles para los pacientes diagnosticados con estos tumores. Sin embargo, la única forma de determinar qué tipo de tumor tiene es consultar a un especialista y hacerse varias pruebas de diagnóstico. De esta manera, puede estar seguro de que los tratamientos y los cambios en el estilo de vida al que recurre para aliviar los síntomas en realidad aumentarán sus posibilidades de deshacerse de sus fibromas o pólipos uterinos.